viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº4324

REGIONALES | 31 jul 2020

PANDEMIA Y MISERABILIDAD

Panchita: una historia de vida y un sueño truncado con candado

Olga Lanzoni, Panchi, para sus vecinxs y compañexs, falleció el pasado 17 de julio de Covid-19. Su vocación de servicio para ayudar al prójimo y su amor a la Patria, desde joven la llevaron a militar gremialmente en Suteba, y a partir de su jubilación, en el ámbito social, ayudando a conseguir y preparar comida el Comedor Popular del barrio platense “El Mercadito”.


La Plata, 31 Julio (InfoGEI).-  Olaga “Panchita” Lanzoni, vivía en la calle 118 bis e/ 523 y 524, casa que de hecho funcionaba como lugar de reunión con vecinxs y compañerxs que apoyaban su obra solidaria, además de lugar donde se recibían las donaciones tanto desde el Ministerio de Desarrollo Social  como de particulares que hasta allí se acercaban para colaborar.  

Sin embargo, el día del fallecimiento de Panchi, mientras ella era virtualmente velada, sus colaboradores, como todos los días, fueron a retirar las provisiones para el comedor El Mercadito, pero se encontraron que al portón de entrada de la casa de Panchi le habían cambiado el candado.  

Según testimonios publicados en varios medios platenses, compañerxs de Panchi cuentan que “una vecina, quien por autorización de ella vive con su familia en casa separada en el sector del frente del mismo terreno”, impidió el retiro de la mercadería cambiando el candado del portón de acceso a la casa de la difunta.  A partir de lo cual en días sucesivos se produjo un cruce de acusaciones mutuas que seguramente serán dirimidas en la Justicia.

La situación descripta rápidamente generó en los vecinxs y compañerxs de Olga Lanzoni, mucha indignación e impotencia, ya que todos ahí sabían cual era el destino que “Panchi” quería darle a su vivinda el día que no estuviera más entre los mortales:  que su casa se transforme en un “Centro Cultural para los más humildes”, por lo menos así lo aseguran varios testimonios que recogió InfoGEI.   

Marisa Chilelli

“Querida Panchi: Cómo te extraño y hoy no puedo entender por lo que estamos pasando con la usurpación de tu casa; y vos, lo que querías era tener y formar un ´Centro Cultural` para los más humildes, por lo que vos tanto luchaste y siempre estuviste sosteniendo para darle una mano para el que está necesitando un abrazo, hay los que no entienden los valores.
Aquí están faltando el respeto y eso que vos, con tu corazón lleno de humildad, les diste una posibilidad de crecer, desarrollarse y hoy te pagan con un candado cerrando la posibilidad de tu sueño”.

Jorge Alessandro

“Al dolor por la muerte, de Panchi, a quien conozco desde hace varios años,   se agrega ahora, esto del  abogado que pretende apropiarse de su casa.  Allí donde siempre,  cada vez que nos veíamos, nos dijo que quería que (su casa) quedara para hacer algo para ayudar a  la infancia, a las familias desprotegidas del barrio.  Su memoria, su solidaridad de todos los días, no se merece esto.  Ella pensaba siempre en lo demás. Este tipo, avaro, que se  metió cuando la estaban velando, solo en incrementar sus bienes. Me apena mucho”.

Alicia Godas

“A Panchita  la conocí en 1987. Ambas militábamos en la agrupación celeste del SUTEBA. Ella en La Plata y yo en Berisso.  Compartimos el espacio gremial durante algunos años. Una gran luchadora. ´Obstinadamente docente` como solemos decir en nuestro gremio. La vida nos llevó por distintos rumbos y  después de muchos años, ya jubiladas nos reencontramos en su barrio. Fue una gran alegría volver a verla. Y era la Panchi de siempre, solidaria y generosa, había abierto su casa para realizar actividades junto a otrxs compañeros para dar ayuda escolar y alimentaria a lxs pibes del barrio. Me acerqué junto a otrxs compañerxs para aportar a esta inmensa tarea. Ella nos decía que esa era la casa de todxs, de pibes y pibas que necesitaran un lugar para comer para ser escuchadxs para mejorar sus vidas”.

Nora Peralta

“Con un gran dolor recibí hace unos días la noticia de la muerte de Olga Lanzoni, para nosotros, cariñosamente Panchi. Era una persona que se destacaba por su sensibilidad social. Su ocupación por los sectores más desposeídos. Tal es así que ponía a su disposición su casa para guardar alimentos para las ollas populares en el Mercadito. Cuando la conocí me impacto su compromiso con los más humildes. Era una peronista de ley. En una de las tantas charlas entre mate y mate, me comentó que su deseo era que su casa el día que no estuviera, continuará siendo el lugar donde se presten servicios a la comunidad, ella quería que todo funcionara como si estuviera.  Maravillosa mujer,  ojalá podamos cumplir su sueño. (InfoGEI)Jd

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